Los Ácidos siálicos (Sia) son una familia de unos 50 derivados del ácido neuramínico, un azúcar aminoácido con una cadena de nueve átomos de carbono. Los Sia se producen en los fluidos corporales, especialmente en la sangre, las secreciones mucosas y e...
sesión, del, 26-10-2011, ·, roland, schauer
Los Ácidos siálicos (Sia) son una familia de unos 50 derivados del ácido neuramínico, un azúcar aminoácido con una cadena de nueve átomos de carbono. Los Sia se producen en los fluidos corporales, especialmente en la sangre, las secreciones mucosas y en las membranas celulares, como componentes de azúcar en proteínas y lípidos compuestos de azúcar (glicoconjugados) que cubren todas las células de los animales superiores y el hombre, con una capa electrónica con carga negativa y ejercen una variedad de funciones biológicas, entre las cuales lestán a regulación de las comunicaciones celulares. Se supone que los Sia ha contribuido con éxito a la evolución de los animales superiores, incluyendo el hombre. Un cambio en la cantidad de ácido siálico en la superficie celular, o en los órganos y tejidos, o una alteración del metabolismo del ácido siálico es muy peligroso para la salud del individuo. Por ejemplo, una reducción de ácido siálico en los glóbulos rojos, conduce a que sean atrapados en el hígado y el bazo y por lo tanto conduce a la anemia. Por otro lado, la presencia de los ácidos siálicos puede ser mayor en los tejidos cancerosos, lo que puede estimular el crecimiento del tumor y facilitar la formación de metástasis. Los Sia también juegan un papel en la inflamación causada por los virus u otros microorganismos que utilizan ácidos siálicos para que adhieran a las células y las infectan. Un inhibidor de sialidasa del virus de la influenza detiene la propagación de este y tiene el potencial suficiente para la lucha contra la amenaza de la gripe. Los ácidos siálicos están involucrados en las reacciones inmunológicas, en la señalización de la apoptosis, el transporte de iones, el crecimiento, la diferenciación y el envejecimiento. En consecuencia, su significado fisiopatológico no puede ser subestimada.